El
estadounidense Kamasi Washington, acompañado de su excelente banda, actuará el
13 de mayo en Madrid (Teatro Coliseum, dentro del ciclo Conciertos 1906 Para
Una Gran Minoría) y al día siguiente, el 14, en Barcelona (Teatre Coliseum,
dentro del Room Festival). Ambos conciertos servirán para subrayar aún más las
muchas virtudes de un disco, “Heaven And Earth” (publicado el último junio), y
de un directo que le han llevado a figurar en la parte alta de las listas “the
best of 2018” de los medios especializados internacionales (y nacionales), un
reconocimiento más que merecido, como bien pudimos comprobar el pasado mes de
mayo cuando ya actuó en ambas ciudades.
Nacido en Los Ángeles
(1981), Kamasi estudió etnomusicología en UCLA y luego colaboró con iconos del
jazz (McCoy Turner, Stanley Clarke) y de otros géneros de la música negra
(Snopp Dogg, Quincy Jones...). Con ese sólido bagaje hizo su aparición ante el gran
público desde la nómina de colaboradores del disco “To Pimp A Butterfly” (2015)
de Kendrick Lamar. Ese mismo año publicó su primer álbum, “The Epic”, que
confirmó a Washington en la avanzadilla del nuevo jazz. Un debut, aparecido en
Brianfeeder, el sello de Flying Lotus, que hace honor a su título, pues es una
obra épica, colosal. De tres horas. Dividida en tres partes (“The Plan”, “The
Glorious Tale” y “The Historic Repetition”), va rozando el jazz con diferentes
expresiones de la black music (hip hop, funk, soul, ecos africanos), de tal
manera que entrecruza a John Coltrane con Fela Kuti en pasajes instrumentales
(más puntuales voces) de sesión continua. En directo, el californiano convierte
todo eso en un despliegue apabullante. En septiembre de 2017 publicó el EP de
seis temas "Harmony Of Difference", donde mantuvo al alza sus
constantes creativas. En junio del año pasado, como decíamos en el primer
párrafo, llegó su segundo LP, “Heaven And Earth”, una colección de veintitrés
cortes (si contamos los cinco del EP “The Choice”, especie de obra oculta
incluida tanto en la versión en vinilo como en CD de “Heaven And Earth”), un
fijo en los podios “the best of 2018”. Los motivos de tanta unanimidad: su
sapiencia jazzística al bucear, con refrescante solidez, en la desmesura y la
ambición, buscando sin miedo la trascendencia terrenal y espiritual.